Poder Imperial De Alfonso Vii

¿Fue Alfonso VII más un emperador de León o un legado de poder?

El reinado de Alfonso VII se caracterizó por su ambición de hegemonía y exclusividad en la Península Ibérica, ilustrada a través de conquistas militares, alianzas y su proclamación como emperador en 1135. Su legado multifacético combina su papel como Emperador de León y una figura política poderosa que contribuyó a dar forma al panorama geopolítico de Iberia. Las complejidades de su gobierno, las alianzas estratégicas, los conflictos territoriales y el impacto en la dinámica política de la región demuestran que su legado abarca tanto la autoridad imperial como una influencia duradera en las dinámicas de poder en Iberia.

Su reinado como Emperador de León está intrincadamente entrelazado con su legado como una figura de poder e influencia perdurables en la región, resaltando las complejidades de su gobierno y el impacto duradero que tuvo en el panorama político.

Índice
  1. Puntos Resaltantes
  2. Imperio de Alfonso VII vs. Legado de Poder
    1. Emperador de León y Sus Ambiciones
    2. Legado más allá de las conquistas militares
  3. Consolidación de León y Castilla
    1. Intentos de unificación y desafíos
    2. Matrimonios y Alianzas Estratégicas
  4. Proclamación como Emperador
    1. Significado del Título Imperial
    2. Impacto en la política ibérica
  5. Relaciones con los Reinos Vecinos
    1. Negociaciones con Aragón y Navarra
    2. Reconocimiento de la Independencia de Portugal
  6. Campañas militares contra musulmanes
    1. Enfrentando al Almorávide y Almohade
    2. Tácticas y Victorias Clave
  7. Desafíos a la Autoridad Imperial
    1. Rebeliones nobles y conflictos internos
    2. Amenazas externas y estrategias de defensa
  8. División del Imperio
    1. Planificación de la sucesión y sus consecuencias
    2. Fin de las aspiraciones imperiales
  9. El complejo legado de Alfonso VII
    1. Valentía militar vs. Intriga política
    2. Influencia en las Generaciones Futuras
  10. Preguntas Frecuentes
    1. ¿Cuáles fueron los principales factores que llevaron a que Alfonso VII fuera proclamado emperador?
    2. ¿Cómo navegó Alfonso VII por las complejas relaciones con reinos vecinos como Navarra, Aragón y Portugal?
    3. ¿Cuáles fueron algunas de las principales campañas militares lideradas por Alfonso VII contra los musulmanes durante su reinado?
    4. ¿Cómo impactó en el futuro de León y Castilla la división del imperio entre los hijos de Alfonso, Sancho y Fernando?
    5. ¿Cuáles son algunos aspectos menos conocidos del legado de Alfonso VII que a menudo se pasan por alto en los relatos históricos?
  11. Conclusión

Puntos Resaltantes

El legado de Alfonso VII trasciende León, enfatizando sus ambiciones imperiales y su impacto duradero en la Península Ibérica.

  • Las alianzas estratégicas y las conquistas territoriales reflejan su búsqueda de poder más allá de León.
  • Su proclamación como emperador en 1135 significa un cambio hacia un legado de poder más amplio.
  • La división del imperio entre sus hijos resalta su enfoque en establecer un legado perdurable.
  • El equilibrio entre las aspiraciones imperiales y la consolidación de territorios en León muestra su gobierno multifacético.

Imperio de Alfonso VII vs. Legado de Poder

Alfonso Vii S Reign Legacy

El imperio de Alfonso VII, marcado por su proclamación como emperador en 1135, reflejaba su ambición de hegemonía y exclusividad en la Península Ibérica. A pesar de sus esfuerzos por consolidar el poder a través de conquistas militares y alianzas, como la adquisición de La Rioja y la breve posesión de Zaragoza, la desintegración de la Corona Castellano-Leonesa bajo su reinado planteó desafíos a sus aspiraciones imperiales.

En última instancia, el legado de poder de Alfonso VII se extiende más allá de las ganancias territoriales a las complejidades de gestionar un reino fracturado y maniobrar alianzas cambiantes en un paisaje político dinámico.

Emperador de León y Sus Ambiciones

En su búsqueda de estatus imperial y expansión territorial, el monarca de León, Alfonso VII, maniobró a través de un complejo panorama político marcado por alianzas cambiantes y disputas territoriales.

Alfonso VII buscaba consolidar su poder participando en conflictos territoriales y alianzas estratégicas, como las Paces de Támara en 1127.

A pesar de enfrentar rebeliones internas, buscó expandir su influencia compitiendo por el trono de Aragón y adquiriendo territorios como La Rioja y Zaragoza.

Alfonso VII se proclamó emperador en 1135, expresando su ambición por la hegemonía peninsular y la dominación en la Reconquista.

Su reinado presenció desafíos, incluyendo el reconocimiento de la independencia de Portugal y la negociación de conflictos con Navarra y Aragón, lo que llevó al Tratado de Tudellén en 1151.

Legado más allá de las conquistas militares

Con un reinado multifacético marcado por alianzas estratégicas y conflictos territoriales, el legado de Alfonso VII se extiende mucho más allá de simples conquistas militares, reflejando una interacción matizada entre su imperio e influencia duradera. A pesar de sus logros militares, el verdadero legado de Alfonso VII radica en su agudeza política y estrategias diplomáticas, las cuales moldearon el futuro de la Península Ibérica. Su habilidad para navegar dinámicas de poder complejas y forjar alianzas con reinos vecinos solidificó su posición como una figura destacada en la política europea medieval. Para ilustrar la profundidad de su influencia, la tabla a continuación contrasta las conquistas militares de Alfonso VII con su duradero impacto político y cultural.

Conquistas Militares Legado de Poder
Campañas de la Reconquista Alianzas diplomáticas
Captura de territorios estratégicos Patrocinio cultural
Batallas contra gobernantes musulmanes Reformas administrativas
Expansión del Imperio Castellano Promoción de la educación

Consolidación de León y Castilla

En la consolidación de León y Castilla, Alfonso VII enfrentó el desafío de unificar estos territorios en medio de rebeliones de la nobleza que buscaba autonomía. A través de matrimonios estratégicos y alianzas, buscaba fortalecer su posición y expandir su influencia, intentando establecer hegemonía en la Península Ibérica. Los esfuerzos de Alfonso VII en consolidar León y Castilla implicaron maniobrar paisajes políticos complejos, forjar alianzas y afirmar su autoridad para solidificar su reinado sobre los reinos.

Intentos de unificación y desafíos

En medio de las complejidades de consolidar León y Castilla, Alfonso VII enfrentó desafíos formidables en sus esfuerzos hacia la unificación.

  1. Resistencia de los Nobles: La autonomía disfrutada por los nobles tras la muerte de Alfonso VI provocó rebeliones entre 1130 y 1133, obstaculizando los esfuerzos de consolidación de Alfonso VII.
  2. Reclamo sobre Aragón: El intento fallido de Alfonso VII por afirmar el trono de Aragón resultó en ganancias territoriales pero planteó desafíos para mantener el control sobre las regiones recién adquiridas.
  3. Disputas Internas: Las luchas para reconocer la independencia de Portugal y manejar conflictos entre Navarra y Aragón debilitaron la unidad de la Corona Castellano-Leonesa.
  4. Reveses en la Reconquista: Mientras Alfonso VII buscaba debilitar a los Almorávides a través de alianzas estratégicas, la invasión Almohade interrumpió sus planes, resaltando los desafíos de mantener el control sobre territorios en medio de amenazas externas.

Matrimonios y Alianzas Estratégicas

La búsqueda de matrimonios y alianzas estratégicas por parte de Alfonso VII desempeñó un papel fundamental en la consolidación de León y Castilla, contribuyendo en gran medida a la expansión y estabilidad de su dominio. Al formar alianzas estratégicas a través de matrimonios, Alfonso VII fortaleció su posición y extendió su influencia por la Península Ibérica. A continuación se muestra una tabla que destaca algunos de los matrimonios y alianzas estratégicas clave que Alfonso VII orquestó:

Matrimonio / Alianza Significado
Matrimonio con Berenguela de Barcelona Fortaleció los lazos con la nobleza catalana.
Alianza con Ramón Berenguer IV de Aragón Aseguró apoyo contra amenazas externas.
Matrimonio con Richeza de Polonia Mejoró las relaciones diplomáticas con el norte de Europa.
Alianza con Navarra Consolidó el poder y la estabilidad en la región.
Matrimonio con Bertha de Borgoña Fortaleció alianzas con casas europeas influyentes.

Proclamación como Emperador

La proclamación de Alfonso VII como Emperador en 1135 marcó un cambio significativo en la política ibérica. Expresó la aspiración leonesa por la hegemonía peninsular y el control exclusivo sobre la Reconquista contra los musulmanes. Este título imperial no solo elevó el estatus de Alfonso VII, sino que también influyó en sus relaciones con los reinos vecinos. Dio lugar a alianzas y conflictos que moldearon el panorama geopolítico de la época.

El impacto de esta proclamación se extendió más allá de su significado simbólico. Afectó estrategias diplomáticas, adquisiciones territoriales y el equilibrio de poder general en la región.

Significado del Título Imperial

La proclamación de Alfonso VII como Emperador significó un momento crucial en la consolidación de su poder y la afirmación de la influencia de León sobre la Península Ibérica. Este evento significativo marcó la reclamación de autoridad imperial de Alfonso VII y señaló su ambición por el dominio regional.

El título de Emperador elevó a Alfonso VII por encima de otros gobernantes, enfatizando su estatus como líder supremo. Al proclamarse Emperador, Alfonso VII buscaba establecer a León como una fuerza dominante en la región y consolidar su posición como un actor clave en la política ibérica.

El título imperial no solo simbolizaba las aspiraciones de poder de Alfonso VII, sino que también sirvió como una estrategia para afirmar su autoridad sobre territorios vecinos.

Impacto en la política ibérica

La afirmación de la autoridad imperial por Alfonso VII marcó un cambio significativo en el panorama político de la Península Ibérica. Su proclamación como Emperador subrayó la aspiración de León por la dominancia regional y consolidó su posición como un actor clave en la política ibérica.

El título imperial de Alfonso VII no solo reflejaba sus ambiciones de hegemonía en la península, sino que también lo posicionaba como una figura central en la compleja red de dinámicas de poder que caracterizaban la escena política ibérica medieval. Al reclamar el título de Emperador en 1135, Alfonso VII buscaba afirmar la autoridad de León sobre los otros reinos cristianos y reforzar su papel en la continuación de la Reconquista contra los territorios musulmanes.

Esta decisión de Alfonso VII tuvo implicaciones duraderas en el panorama político de Iberia, dando forma a alianzas, conflictos y luchas de poder en los años venideros.

Relaciones con los Reinos Vecinos

El reinado de Alfonso VII estuvo marcado por intrincadas maniobras diplomáticas con reinos vecinos, especialmente Aragón y Navarra. Las negociaciones con Aragón por disputas territoriales y reclamos al trono de Aragón evidenciaron las ambiciones estratégicas de Alfonso VII para expandir su influencia.

Además, su reconocimiento de la independencia de Portugal en 1143 resaltó su disposición para navegar por paisajes políticos complejos con el fin de mantener la estabilidad en la región.

Negociaciones con Aragón y Navarra

Durante el reinado de Alfonso VII, las negociaciones con Aragón y Navarra jugaron un papel significativo en la configuración de la estabilidad de la Corona de Castilla y León y sus relaciones con los reinos vecinos.

  1. Cambios de lealtad: Los intentos de Alfonso VII por reclamar el trono de Aragón llevaron a cambios en la lealtad con los reinos vecinos de Navarra y Aragón.
  2. Adquisiciones territoriales: Las negociaciones resultaron en adquisiciones territoriales como La Rioja y el control temporal sobre Zaragoza, fortaleciendo la influencia castellano-leonesa.
  3. Alianzas y conflictos: El apoyo a un reino sobre el otro en el conflicto entre Navarra y Aragón llevó a alianzas y conflictos que impactaron el panorama geopolítico.
  4. Tratado de Tudellén: La firma del Tratado de Tudellén en 1151 con Aragón reconoció los derechos de Ramón Berenguer IV sobre ciertos territorios, marcando un logro diplomático significativo para Alfonso VII.

Reconocimiento de la Independencia de Portugal

En el contexto de las relaciones diplomáticas con los reinos vecinos, el reconocimiento de la independencia portuguesa por parte de Alfonso VII en 1143 marcó un momento crucial en el panorama geopolítico de la Península Ibérica. Este reconocimiento solidificó la autonomía de Portugal y transformó las dinámicas de poder en la región.

La decisión de aceptar la soberanía portuguesa fue una elección estratégica que buscaba mantener la estabilidad y fomentar alianzas en medio del cambiante clima político de la época. Al reconocer la independencia de Portugal, Alfonso VII no solo demostró una disposición para participar en relaciones diplomáticas, sino que también sentó un precedente de respeto a la autonomía de los reinos vecinos.

Esta decisión desempeñó un papel esencial en la configuración de futuras interacciones y colaboraciones entre los dos reinos.

Campañas militares contra musulmanes

Alfonso VII de León inició campañas militares contra los musulmanes como parte de su estrategia de Reconquista, con el objetivo de debilitar su control en la Península Ibérica. Sus estrategias implicaban provocar rebeliones entre la población hispano-musulmana para socavar a los almorávides y más tarde a los almohades.

A pesar de lograr victorias significativas como llegar a Córdoba y capturar Almería, la incursión de los almohades en 1146 obligó a Alfonso VII a fortificar sus fronteras y buscar alianzas para resistir sus avances.

Enfrentando al Almorávide y Almohade

Las campañas militares lideradas por Alfonso VII contra las fuerzas almorávides y almohades marcaron un período clave en la lucha por el dominio en la Península Ibérica. Las confrontaciones de Alfonso con estos poderes musulmanes fueron significativas para dar forma al panorama político de la región.

Para entender la complejidad de estas campañas, es importante tener en cuenta los siguientes puntos clave:

  1. Las estrategias de Alfonso VII tenían como objetivo debilitar el dominio almorávide incitando rebeliones dentro de los territorios musulmanes.
  2. La invasión de los almohades en 1146 interrumpió los planes iniciales de Alfonso, lo que llevó a la fortificación de fronteras y alianzas con los almorávides.
  3. La exitosa expedición de Alfonso a Córdoba en 1144 y la captura de Almería en 1147 destacaron su destreza militar.
  4. La pérdida de Almería en 1157 ante los almohades y la subsiguiente muerte de Alfonso marcaron el fin de esta fase de conflicto.

Tácticas y Victorias Clave

A lo largo de sus campañas militares contra las fuerzas musulmanas, Alfonso VII empleó estratégicamente una combinación de tácticas y logró importantes victorias que influyeron en gran medida en el panorama político de la Península Ibérica. La tabla a continuación destaca algunas de las tácticas y victorias significativas durante su reinado:

Tácticas Victorias clave Impacto en la Península Ibérica
Estrategia de rehenes Asedio de Córdoba Debilitó bastiones musulmanes
Apoyo a levantamientos locales Captura de Almería Expansión de territorios cristianos
Alianza con aliados Defensa contra los Almohades Fortaleció la presencia cristiana

Las maniobras estratégicas y los éxitos militares de Alfonso VII desempeñaron un papel crucial en el cambio de dinámicas de poder en la región, lo que resultó en ganancias territoriales y un mayor influencia para los reinos cristianos.

Desafíos a la Autoridad Imperial

Durante el reinado de Alfonso VII, enfrentó importantes desafíos a su autoridad imperial. Estos desafíos incluyeron rebeliones nobles y conflictos internos que surgieron de la autonomía disfrutada por los nobles tras la muerte de Alfonso VI. Además, las amenazas externas planteadas por reinos vecinos e invasiones musulmanas requirieron que Alfonso ideara estrategias de defensa para proteger su dominio y mantener su posición como emperador.

Estos desafíos pusieron a prueba el liderazgo de Alfonso VII y lo obligaron a navegar por complejos escenarios políticos para mantener su autoridad imperial en medio de tiempos turbulentos.

Rebeliones nobles y conflictos internos

Rebeliones nobles e conflictos internos representaron desafíos significativos para la autoridad imperial de Alfonso VII durante su reinado como Rey de León y Castilla. Estos desafíos incluyeron:

  1. Autonomía de los Nobles: El período posterior a la muerte de Alfonso VI permitió a los nobles disfrutar de una autonomía significativa, lo que llevó a rebeliones contra la autoridad central de Alfonso VII.
  2. Reclamo al Trono de Aragón: El intento fallido de Alfonso VII de reclamar el trono de Aragón en 1134 resultó en conflictos internos, aunque obtuvo territorios como La Rioja y control temporal de Zaragoza.
  3. Desintegración de la Corona: El reinado de Alfonso VII presenció una cierta desintegración de la Corona Castellano-Leonesa, con el reconocimiento de la independencia de Portugal en 1143 y conflictos con Navarra y Aragón.
  4. Tratado de Tudellén: La participación de Alfonso VII en apoyar reinos en conflicto llevó a la firma del Tratado de Tudellén en 1151 con Aragón, renunciando a ambiciones imperiales.

Amenazas externas y estrategias de defensa

Frente a amenazas externas y la necesidad de estrategias de defensa, la autoridad imperial de Alfonso VII como rey de León y Castilla fue puesta a prueba y moldeada por complejos desafíos geopolíticos. Un aspecto clave fue su participación en la Reconquista, donde buscaba debilitar a los Almorávides incitando levantamientos entre la población musulmana. Sin embargo, la invasión de los Almohades a partir de 1146 interrumpió sus planes, llevando a Alfonso a fortificar la frontera y buscar alianzas para la resistencia. Destacadamente, se unió a las fuerzas del Almorávide Ibn Ganiya contra los Almohades, lo que culminó en acciones militares significativas como la expedición a Córdoba en 1144 y la captura de Almería en 1147. Estas estrategias de defensa ilustran los esfuerzos de Alfonso VII para navegar amenazas externas y mantener su autoridad imperial

División del Imperio

Division Of The Empire

La división del imperio bajo Alfonso VII marcó un punto de inflexión significativo en la consolidación del poder en la Península Ibérica. La planificación de la sucesión y sus consecuencias jugaron un papel importante en la formación del futuro de los territorios controlados por el monarca.

El fin de las aspiraciones imperiales resaltó las complejidades y los desafíos enfrentados por Alfonso VII para mantener la unidad dentro de sus dominios.

Planificación de la sucesión y sus consecuencias

La cuidadosa planificación de Alfonso VII para la sucesión finalmente llevó a la división del imperio entre sus hijos, Sancho III de Castilla y Fernando II de León.

La división del imperio fue resultado de la decisión estratégica de Alfonso VII para garantizar una transición suave del poder dentro de su dominio.

Sancho III de Castilla heredó una parte del imperio, mientras que Fernando II de León recibió otra, lo que resultó en una separación en el gobierno.

Esta división tuvo implicaciones significativas para el futuro de los territorios, ya que cada hijo gobernaba de forma independiente con su propia corte y administración.

La planificación sucesoria emprendida por Alfonso VII tenía como objetivo prevenir conflictos internos y mantener la estabilidad, pero finalmente llevó a una separación geográfica y administrativa del imperio antes unificado.

Fin de las aspiraciones imperiales

En medio de la división estratégica del imperio tras la planificación sucesoria de Alfonso VII, la estructura de gobierno una vez unificada enfrentó un cambio significativo en las dinámicas de poder y control territorial.

Las aspiraciones imperiales de Alfonso VII estuvieron marcadas por desafíos que llevaron a la disolución de su territorio unificado imaginado. Durante su reinado se reconoció la independencia de Portugal en 1143 y se firmó el Tratado de Tudellén en 1151, donde se reconocieron los derechos de Aragón, destacando la división del imperio.

El sueño de una Península Ibérica unida bajo la hegemonía leonesa se desvaneció a medida que los conflictos internos y las presiones externas se intensificaron. La muerte de Alfonso VII en 1157 marcó la división definitiva de su imperio entre sus hijos, Sancho III de Castilla y Fernando II de León, señalando el fin de sus aspiraciones imperiales y el comienzo de una nueva era de gobierno dividido.

El complejo legado de Alfonso VII

El complejo legado de Alfonso VII es una mezcla de valentía militar e intriga política, que muestra su naturaleza dual como gobernante. Su influencia en las generaciones futuras es evidente en la forma en que navegó a través de desafíos y dejó huella en los reinos que gobernó.

Valentía militar vs. Intriga política

En la gestión del intrincado equilibrio entre la destreza militar y las maniobras políticas, Alfonso VII dejó un legado complejo y multifacético que sigue intrigando a historiadores y académicos por igual.

  1. Campañas militares: Alfonso VII llevó a cabo diversas campañas militares para recuperar territorios y afirmar su autoridad, mostrando su agudeza militar estratégica.
  2. Alianzas diplomáticas: Navegó hábilmente por las relaciones diplomáticas, formando alianzas con reinos y regiones vecinas para fortalecer su posición y expandir su influencia.
  3. Represión de rebeliones: Alfonso VII supo lidiar eficazmente con rebeliones nobles, demostrando su capacidad para mantener el control y la estabilidad dentro de su territorio.
  4. Aspiraciones imperiales: Su proclamación como Emperador en 1135 reflejó su ambición por la hegemonía y la exclusividad en la reconquista, mostrando sus aspiraciones políticas y su deseo de dominio regional.

Influencia en las Generaciones Futuras

El impacto perdurable del intrincado liderazgo y las decisiones estratégicas de Alfonso VII resonaron a través de generaciones posteriores, dando forma al panorama político y a las estrategias militares de los futuros gobernantes. El legado de Alfonso VII como Emperador de León y Castilla influyó en la expansión territorial y las alianzas diplomáticas de sus sucesores.

Sus intentos de aspiraciones imperiales, aunque no se realizaron completamente, sentaron un precedente para afirmar la hegemonía peninsular y la exclusividad en la reconquista contra el dominio musulmán. La fragmentación de la Corona de Castilla y León durante su reinado, como el reconocimiento de la independencia portuguesa y la participación en conflictos entre Navarra y Aragón, dejaron un legado complejo de disputas territoriales y alianzas cambiantes.

Las campañas militares y maniobras diplomáticas de Alfonso VII prepararon el escenario para que los futuros gobernantes navegaran por la intrincada política de la Iberia medieval.

Preguntas Frecuentes

¿Cuáles fueron los principales factores que llevaron a que Alfonso VII fuera proclamado emperador?

Alfonso VII fue proclamado emperador debido a sus aspiraciones de hegemonía peninsular y exclusividad en la Reconquista contra los musulmanes. Sus alianzas, campañas militares y ganancias territoriales, como La Rioja y Zaragoza, fortalecieron su reclamo al título imperial en 1135.

¿Cómo navegó Alfonso VII por las complejas relaciones con reinos vecinos como Navarra, Aragón y Portugal?

Alfonso VII gestionó hábilmente las relaciones con reinos vecinos como Navarra, Aragón y Portugal, al aliarse estratégicamente con aliados para asegurar territorios y navegar conflictos. Sus maniobras diplomáticas le permitieron expandir su influencia y mantener la estabilidad.

¿Cuáles fueron algunas de las principales campañas militares lideradas por Alfonso VII contra los musulmanes durante su reinado?

Alfonso VII lideró campañas militares clave contra los musulmanes durante su reinado, incluyendo expediciones para apoyar levantamientos locales y resistir a los almorávides y almohades. Notablemente, llegó a Córdoba y capturó Almería, enfrentando desafíos de la invasión almohade hasta su muerte en 1157.

¿Cómo impactó en el futuro de León y Castilla la división del imperio entre los hijos de Alfonso, Sancho y Fernando?

La división del imperio entre los hijos de Alfonso, Sancho y Fernando, llevó a reinados separados en Castilla y León como Sancho III de Castilla y Fernando II de León. Esta división influenció las dinámicas futuras y el gobierno de ambas regiones.

¿Cuáles son algunos aspectos menos conocidos del legado de Alfonso VII que a menudo se pasan por alto en los relatos históricos?

El legado de Alfonso VII, que a menudo se pasa por alto, incluye sus esfuerzos por fomentar la rebelión en los territorios musulmanes, alianzas con potencias regionales y luchas con aspiraciones imperiales. Su reinado complejo tuvo tanto avances territoriales como contratiempos.

Conclusión

En resumen, el reinado de Alfonso VII fue una compleja interacción entre sus ambiciones imperiales como Emperador de León y su papel como portador de legados de poder. Sus esfuerzos por consolidar los reinos de León y Castilla, proclamarse Emperador, navegar relaciones diplomáticas, llevar a cabo campañas militares y hacer frente a los desafíos a su autoridad contribuyeron a su intrincado legado.

El gobierno de Alfonso VII dejó un impacto duradero en la historia medieval de la Península Ibérica, mostrando tanto sus aspiraciones imperiales como su herencia de dinámicas de poder.

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